Javier Pérez: Una segunda oportunidad para disfrutar a mi familia
- “Si, mis prioridades han cambiado porque de ahora en adelante sea lo que sea, el trabajo o cualquier otra cosa, la familia es lo primero porque en cualquier momento te la pueden quitar o perder y después que vas a hacer o que te va a quedar”. Javier Pérez
En un abrir y cerrar de ojos la vida te puede cambiar y porque no también te puede dar lecciones. Sino que lo diga Javier Pérez, director de South Dade Senior High School, a quien la vida le ha dado una segunda oportunidad para valorar y ver la paternidad desde una perspectiva diferente. Y no era que antes carecía de importancia, sino que ahora se ha dado cuenta que es más importante de lo que pensaba y va más allá de lo que hacía.Pérez fue quien nos abrió literalmente las puertas de su hogar para conversar cómo sus prioridades han cambiado y cómo ve hoy en día la paternidad.
Como un buen anfitrión hizo que nos sintiéramos en casa desde el primer momento y bastó con escucharlo hablar, para saber que íbamos a tener no solo una mañana productiva periodísticamente, sino que muy agradable. Por supuesto su bastión de apoyo, su esposa, estuvo junto a él en todo momento.
Este joven padre, dedicado la mayor parte de su vida a estar dentro de las aulas escolares perdió hace poco más de un año ambas piernas al ser atropellado en el parque donde su hijo estaba jugando béisbol.
A partir de ese momento, como el mismo lo dice se ha concentrado en ver las cosas positivas que tiene a su alrededor. “Es cierto perdí mis piernas, pero en realidad pude haber perdido la vida y no fue así, estoy aquí y sigo adelante”.
El seguir adelante le significó no solo superar un sinnúmero de obstáculos, desde su recuperación y rehabilitación, sino cambiar sus prioridades y reconocer que por sus responsabilidades y trabajo no le estaba dando el 100 por ciento a su familia.
Es así como el año escolar 2016-2017 se convirtió en una nueva experiencia para él en su papel de papá, ya que le ha permitido disfrutar momentos que nunca antes había vivido. Por ejemplo, por primera vez pudo asistir al primer día de clases de sus hijos, dedicar tiempo con ellos para ayudarles a hacer la tarea y asistir a sus actividades escolares, labor que siempre estuvo a cargo de su esposa, la misma que él hizo para otros padres y estudiantes cuando fungió como maestro o director de una escuela.
“Lo que para algunos serán pequeñas cosas es lo que hoy en día valoro más, el poder pasar más tiempo con mi familia y poder hacer cosas con mi esposa e hijos”, nos contó Pérez, al tiempo que se escuchaban pequeños pasos revoloteando alrededor de la casa, eran los de su pequeño hijo y su sobrina, quienes están entretenidos en su propio juego, mientras nuestra conversación transcurrió apaciblemente.
El seguir adelante también lo ha llevado hoy en día a obtener la licencia especial para conducir porque muy pronto le darán un carro de controles manuales que le han donado. De esta manera, como bien dice él entre risas recuperará su libertad, ya que hasta ahora ha tenido que depender de su esposa, además que podrá también alivianar la carga que ella tiene hasta el momento como único chofer de la casa llevando los niños a la escuela, a las prácticas deportivas y a su rehabilitación.
En todos estos ajustes una de las cosas que más le preocupaba como papá era la reacción de sus hijos, quienes según Pérez le han dado lecciones de vida. “No le quito mérito a mi esposa, ella hizo una gran labor preparándolos mientras estuve hospitalizado, pero ellos nos han demostrado su amor, compresión y cuidados.
Mi hija me dijo que me amaba y lo único que le importaba era que yo estaba aquí”.
Y hoy en día son ellos su energía para salir adelante, superar cualquier obstáculo y saber que no vale la pena perder el tiempo en quejarse. “En el mismo accidente ha habido muchas cosas positivas y van a seguir habiéndolas porque ahora me enfoco en ver lo positivo de todo lo que me sucede”, es parte de la nueva filosofía de este padre de familia, a quien la vida no solo le dio una segunda oportunidad sino una lección de vida.
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