Lázaro Cordero: Un joven con voluntad de hierro
“La vida no se basa en las cosas positivas de la vida, se basa en los tropiezos que tenemos y cómo podemos levantarnos y enfrentarlos” — Lázaro Cordero
A la 1:30 de la mañana, mientras todos duermen y la luna aun brilla en el inmenso cielo de Miami, un joven de 21 años, con grandes sueños y retos comienza su día.
Nos referimos a Lázaro Cordero, a lo mejor una persona anónima para algunos, pero para otros todo un ejemplo de sacrifico y esfuerzo a seguir. Su meta llegar a forma parte del equipo Olímpico de natación de Estados Unidos. Su particularidad ser sobreviviente de cáncer y en el proceso haber perdido su pierna izquierda hace cuatro años. Sin embargo, esta discapacidad no frenó las ganas de hacer la diferencia.
Dejando de lado su ajetreada agenda tomó un tiempo para contarnos como es un día en la vida de Lázaro, quien además está estudiando arquitectura en el Miami Dade College del Campus de Homestead, Su día inicia desde la madrugada, de 2:00 am a 4:30 am hace pesas en el gimnasio y luego de 5:00 am a 7:30 am practica en la piscina.
A partir de las 8 de la mañana se sumerge dentro de la vida universitaria. Pero a las 3:00 deja sus cuadernos por las pesas y de 5:00 pm a 7:30 pm se pone su traje de baño para practicar en el agua.
A las 8 de la noche llega a su casa para cenar y prepararse para dormir, aproximadamente dormirá 5 horas, descanso suficiente para continuar con su rutina los 5 días de la semana, porque los fines de semana los dedicará a competir con su equipo paralímpico.
“Por mi limitación tengo que esforzarme el doble, en sacrificio, en tiempo y trabajo para estar al nivel de las personas que tienen sus dos piernas” comentó Cordero originario de San Miguel del Padrón en la capital cubana, quien a sus 17 años él mismo tomó la dura decisión que era mejor que le amputaran su pierna.
Sin embargo, no fue sino hace tres años atrás mientras estaba en el parque aprendiendo a caminar con su nueva prótesis cuando vio al equipo de natación practicando y decidió hablar con el entrenador Yan Martínez.
“El me motivó para que formara parte del equipo, pero antes me advirtió que debía sacrificarme y el proceso sería duro pero que podría lograr ser alguien por medio de la natación”.
Actualmente es miembro de Devilrays Swim Club, una entidad sin fines de lucro que lleva 13 años ofreciendo clases de natación a niños y jóvenes de bajos recursos en las áreas de Cutler Bay y Homestead, en Miami Dade.
A pesar de su corta carrera, ha logrado grandes resultados con medallas en varios eventos, incluyendo el Florida Gold Coast Swimming, ubicándose actualmente en el número 2 en el ranking de Estados Unidos y entre los 10 mejores del mundo en su categoría.
Con esos resultados su sueño de formar parte del equipo Olímpico casi lo puede palpar, tiene los mejores tiempos, el rendimiento y las competencias en las que ha estado ha demostrado que tiene todo lo que se necesita. Sin embargo, una cirugía en su pierna le impidió participar en los Juegos Panamericanos del 2015, dilatando así su ansiada meta. Un año después solo espera la oportunidad de competir y ganar su pase al equipo estadounidense.
Al oírlo hablar percibimos no solo una gran madurez a pesar de su corta edad, sino firme entereza en que todo lo que se proponga lo va a lograr. Entre sus planes a futuro está el darle un nuevo giro a la natación paralímpica. “Quiero que las personas brinden apoyo a los nadadores con discapacidad, por eso es importante que conozcan más sobre la historia de nosotros, que se familiaricen con nuestro programa y de cómo hacemos las cosas para que entiendan que a pesar de que tenemos una discapacidad podemos y vamos a hacer la diferencia”
Es claro que este joven nos da una gran lección de vida que cuando se quiere se puede. “Mi mensaje hoy para muchas personas que están atravesando una discapacidad física es que vean el ejemplo del equipo paralímpico que, si nosotros podemos, ellos también podrán.
Nada es imposible solo hay que tener fe y las ganas de salir adelante con sacrificio y de triunfar”, concluye Lázaro, quien volverá a su rutina para terminar un día más ejercitando su voluntad de hierro.
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