COVID-19 y cáncer de mama
El nuevo coronavirus COVID-19 apareció por primera vez a fines de 2019 y ha cambiado la vida en el futuro previsible. Si bien muchas personas se concentran rápidamente en las formas en que el COVID-19 ha afectado su capacidad para comprar, visitar a amigos y familiares o viajar, el virus ha hecho que la vida sea especialmente difícil para las personas con problemas de salud preexistentes.
Medical News Today informa que los síntomas de COVID-19 pueden ser más graves para los pacientes con cáncer de mama. Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades señalan que someterse a un tratamiento contra el cáncer puede debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta aún más la vulnerabilidad de una persona a las infecciones. Específicamente, las terapias dirigidas, la quimioterapia y la radiación pueden debilitar el sistema inmunológico y comprometer su capacidad para combatir el coronavirus. Además, estos tratamientos también pueden causar problemas pulmonares que pueden exacerbar los síntomas de COVID-19, particularmente entre los pacientes con cáncer de mama cuyo cáncer ha hecho metástasis en los pulmones.
En abril de 2020, se publicaron nuevas pautas para la priorización y el tratamiento de pacientes con cáncer de mama durante la pandemia COVID-19, compiladas por un grupo de organizaciones médicas de EE. UU., Incluido el Programa Nacional de Acreditación de Centros de Mama, el Colegio Americano de Radiología y Cancer Network. En los hospitales donde los recursos y el personal se han vuelto limitados debido a los esfuerzos de tratamiento de COVID-19, los médicos han tenido que definir qué pacientes con cáncer de mama necesitan atención urgente y cuáles pueden tener tratamientos alternativos o retrasados. Estas medidas pueden ayudar a equilibrar el mantenimiento de resultados positivos de supervivencia, así como a reducir el riesgo de exposición al virus, según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos de Senos.
Los pacientes con cáncer de mama se han dividido en niveles de prioridad A, B y C para la urgencia de la atención.
· Prioridad A: un paciente tiene afecciones que ponen en peligro su vida de inmediato o requieren tratamiento urgente.
· Prioridad B: un paciente tiene afecciones que no requieren tratamiento inmediato, pero debe comenzar el tratamiento antes del final de la pandemia.
· Prioridad C: un paciente tiene afecciones por las cuales el tratamiento se puede suspender de manera segura.
Se insta además a las pacientes con cáncer de mama a que tengan más precaución en sus actividades diarias para ayudar a reducir el riesgo de contraer COVID-19. Eso significa usar siempre una máscara u otra cubierta facial cuando interactúe con otras personas. Este consejo puede ser aplicable incluso si se puede mantener una distancia de seis pies. Lávese las manos con frecuencia, especialmente cuando llegue de lugares públicos. Si es posible, pídale a un amigo o familiar que haga sus compras o le haga mandados para limitar la exposición a otras personas y multitudes.
Es posible que las pacientes con cáncer de mama tengan que discutir la posibilidad de alterar o retrasar el tratamiento del cáncer de mama con sus oncólogos debido al aumento de los factores de riesgo que presenta el COVID-19. Juntos, los pacientes y los médicos pueden trabajar para mantener a los pacientes con cáncer de mama lo más saludables posible.
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